¿Que fue entonces lo que clavó la daga del destino?
¿El frente angosto del marco de granito de la galería del centro donde te encontré mirando ese maniquí? ¿o fue acaso el efímero tramo de la noche que encontré tu pecho?
No sé por qué, ni el como, ni el donde fue que me quedé flotando en una serena hoja de otoño sabiendo que tarde o temprano caería al mismo suelo para encontrarme nuevamente en silencio entre tus sueños
*
Pasó la brisa
Tocó tu cuerpo
No halló consuelo
Ante tu imagen
Entró de nuevo
Por tu ventana, voló tu pelo
Corrió deprisa
Halló suspiros
Entró contigo
Entre tus sabanas
Estaba allí,
Sentiste frío
Los pies desnudos
La fría brisa
Heló tu espalda
Corrió tu pelo
Halló la calma
Se fue otra vez por la ventana
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